¿Será que se rozan las manos, se preguntan cómo han estado y luego se apodera de la bóveda celeste para custodiar mientras tú te escondes?
Dime, cómo logras que su unión, no se corte.
Han estado en este ir y venir ¡tanto tiempo!
Cómo haces para entenderle en el silencio, cómo le dices que le amas y le extrañas mientras duerme.
Cómo poder permanecer un instante más largo juntos…
Sabes, creo entenderte. Brillas tanto, eso es reflejo del amor que sientes, hay ocasiones en que hasta pones al viento a cantar y decoras el cielo con flores blancas para agasajarle.
Y qué decir cuando ya se acerca su encuentro en el horizonte, te suben los rubores y hasta la noche se pinta los ojos con suaves colores.
Y cuando ella está feliz, llena de luces invita a la luna para hacer más seguro tu sueño.
Pero hay ocasiones en que se extrañan, de tal manera, que se desbordan en lágrimas y hasta unos gritos de rabia se oyen.
Día, yo amo así, aunque vivimos en el mismo tiempo, no podemos más que tener unos minutos de encuentro.
Es tan sólo al pasar que nuestras miradas se absorben y ni un sólo beso podemos sentir en nuestros labios, salvo al pronunciar nuestros nombres que nos dan la sensación de labios en roce.
Hay tanto amor que nos envuelve, que con sólo un saludo nos quedamos prendidos en el corazón hasta que nos envuelva la noche.
Día, ahora entiendo, amor es sólo entregar hasta que se desborde todo lo que ese amor provoque y aún más.
Desde el alma fue liberándose en rocíos de dolor.
Había tanto sufrimiento contenido desde su partida, que se transformó en torrentes de aguas turbias caídas al abismo de los días…
De a poco esas aguas se fueron volviendo río de aguas cristalinas, donde todo fue volviendo a la vida, los árboles estaban en un triste otoño, se volvieron primavera, crecen con la fuerza que les ha dado la esperanza de días soleados, con esa calidez que acaricia la mirada…
Lentamente, las nubes se disipan y aparecen en el cielo trinares que alegran las mañanas.
Alegría siente, ve cómo él desplegó sus alas y vuela libre como el águila que siempre deseó ser.
Línea que divides el mar del cielo, invítame a tu hogar deseo poder elevar mi vuelo.
Mis alas las dañó el tiempo al estar apresadas en los barrotes del miedo.
Marcas quedarán, más no importa, ellas son signo de experiencias que han fortalecido mis cimientos.
Hay ventolera impulsando mi ascenso, me falta una dulce melodía que sólo me la da la voz de quien me espera en lo alto del firmamento, él tiene sus alas extendidas y ya surca el cielo.
Ha enviado una mariposa a acariciar las cuerdas con la dulzura de su amor componiendo la música perfecta que él susurrará al viento.
Ahora extiendo mis alas, sé que me espera, en mi corazón lo siento.
Si existen glaciares en medio yo puedo hacer hasta lo imposible por llegar, pero al tener tú hielo en una parte de ti, siendo esa parte el huequito que dejabas para yo posarme, ya no he de ser fuego…
No hay espacio para mi calor.